Coleccionando monedas romanas antiguas Parte V: El último emperador pagano

Juliano, el último emperador pagano y su reforma monetaria.

Se sabe que el primer emperador de Roma que se hizo cristiano fue Constantino el Grande. Aún se desconoce si lo hizo después del año 324, momento en el que mató a su hijo Crispo, o fue el último día de su vida, como indican algunas fuentes. A partir de ese momento, un emperador cristiano era algo natural para Roma, sobre todo porque la familia de Constantino heredó el imperio.

Dejó tres hijos y un gran número de hermanos, sobrinos y yernos, todos ellos cristianos y con autoridad para reclamar el trono imperial. Es cierto que en el año 337 el ejército masacró a algunos de los “parientes de segunda clase” como Delmacio o Aníbaliano, tal vez por orden directa de Constancio II, hijo de Constantino y sobrino de Delmacio.

Uno de los sobrevivientes de la masacre de 337 fue Juliano y su hermano mayor Constancio, sobrinos de Constantino y primos de Constancio II.

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Juliano era un joven muy talentoso, estudió filosofía y era muy bueno pronunciando discursos. Estudió en Atenas y alrededor del año 346, cuando todavía era un adolescente, decidió abandonar su religión cristiana y regresar a la antigua fe pagana. Su decisión fue considerada como temporal, en una época en la que la religión dividía el imperio pero las dos opiniones místicas coexistían.

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Esta decisión no tenía por qué influir en la historia, pero en el año 351 lo hizo... Su hermano mayor, Constancio Galo, fue nombrado césar y heredero de Constancio. En el año 355, Constancio Galo fue acusado de traición y asesinado. Juliano esperaba la misma fe, pero Constancio II decidió nombrarlo césar en lugar de su hermano y le dio a su hija, Helena, como esposa. Juliano recibió el mando de la parte occidental del imperio, con la tarea de proteger la frontera con los bárbaros, una de las tareas más serias del imperio.

Juliano era un César devoto de su emperador y de Augusto, pero en el año 361, tras algunas intrigas cortesanas, Constancio decide matar a Juliano. Pide a su César que envíe a su ejército al Lejano Oriente y espere nuevas órdenes. Pero el ejército de Juliano decide rebelarse. Juliano es nombrado Augusto por sus tropas leales y se prepara para la batalla decisiva, batalla que no se produce porque, de repente, Constancio muere y deja a su primo como único emperador.

Juliano, como pagano, decidió devolver a sus correligionarios sus derechos. Volvieron a ser libres. Los cristianos dejaron de contar con el apoyo del Estado.

Julián también intentó hacer una reforma monetaria, un intento que desnuda la visión pagana.

En el año 361, la acuñación de monedas de bronce del imperio estaba casi en decadencia. Creado por Diocleciano y Constantino el Grande, el sistema sufrió una inflación y las monedas de bronce bajaron de 10 gr. a casi 1.

Juliano acuñó una nueva moneda pesada, de unos 11 gr. La leyenda es SECURITAS REIPUBLICAE (“la Seguridad de la República”) y la imagen de un toro aparece en el reverso, mientras que el anverso muestra la cabeza del emperador. La subdivisión era una moneda de 3 gr., generalmente con la leyenda VOT V MULT X dentro de una corona de laurel, una cita clásica utilizada para conmemorar los 5 años de reinado y la esperanza de que se cumpla el décimo año de reinado.

Juliano también era representado de forma diferente a sus parientes. Todos los miembros de la familia de Constantino aparecen en las monedas como jóvenes y sin barba. Juliano aparece con barba, la imagen de un filósofo, y normalmente con casco, escudo y lanza.

Juliano murió en el año 363 d. C., año en que inició una campaña contra el enemigo más temible de Roma, el Imperio parto. Murió antes de la batalla en su tienda. El ejército lamentó la pérdida y eligió al nuevo emperador, Joviano, sólo porque su nombre se parecía al del antiguo emperador.

Su sistema monetario también murió ese año… La inflación todavía era alta y las monedas fueron rápidamente retiradas de la circulación por los sucesores de Juliano, todos ellos cristianos.

La moneda pesada SECURITAS REIPUBLICAE es ahora rara y difícil de encontrar. Las más pequeñas son escasas.

Vasilita Stefan